Los cristianos tenemos este llamado: «No conformarnos a este siglo». No hemos de estar conformes con la conducta y costumbres de este mundo,que por lo general son egocéntricas y a menudo corruptas. Muchos cristianos dicen sabiamente que la conducta mundana se extramilita demasiado. Nuestro rechazo a formar parte del mundo, si embargo, debe de ir más allá del nivel de conducta y costumbres. Debe estar firmemente arraigado en nuestras mentes.
Es posible evitar muchas de las costumbres mundanas sin dejar de ser orgullosos, codiciosos, egoístas,obstinados y arrogantes. Solo cuando el espíritu Santo renueva, reeduca y reorienta nuestra mente somos en verdad transformados.